“Te voy a comer a besos”. Ese fue el presagio de lo que iba a ocurrir esa noche entre los amantes. La madrugada siguiente solo quedaban en la habitación algunos huesos y vísceras, aquellos órganos que los dientes no habían podido despedazar. Ahora, los dos eran un cuerpo. Antropofagia.
Muy bueno!
ResponderEliminarChe que lindo blog. Ya se lo recomende a varios, eh. Soy su RRPP, su Gaby Alvarez pero sin crímenes ni pantalones blancos.